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El Design Thinking desentrañado

El Design Thinking ha lanzado al mundo del diseño y más allá a un espacio triunfal para afectar las vidas con delicadeza y aplomo diplomático.
El Design Thinking ha lanzado al mundo del diseño y más allá a un espacio triunfal para afectar las vidas con delicadeza y aplomo diplomático.

Útil y novedosa, ingeniosa e ingeniosa, la innovación inspira sentido a nuestras vidas, impulsándonos a afrontar retos complejos con soluciones creativas que impactan nuestra forma de vida y nuestros valores. La innovación es fundamental para el progreso e impulsa el éxito empresarial, pero ¿cómo la cultivamos? ¿Qué hace posible la innovación y cómo aprovechamos la imaginación y el ingenio que abren nuevas perspectivas ante obstáculos complejos? Una metodología poderosa y probada para crear soluciones innovadoras con creatividad aplicada es el pensamiento de diseño, un enfoque centrado en el ser humano y basado en soluciones que ha impulsado el mundo del diseño a un espacio triunfal para impactar vidas con delicadeza y tacto, pero que también ha cosechado éxitos en empresas no relacionadas con el diseño en todo el mundo. Al explorar los fundamentos del pensamiento de diseño y descubrir cómo esta estrategia impulsa la innovación en empresas de todos los tamaños, podemos ver cómo el pensamiento de diseño también puede mejorar el panorama personal y emocional, ofreciendo nuevas formas de abordar los problemas que enfrentamos con empatía, una perspectiva nueva, una mentalidad colaborativa y una creatividad desenfrenada.

Desde que Tim Brown, director ejecutivo y presidente de la empresa de diseño IDEO, escribió sobre ello en Harvard Business Review, el Design Thinking se ha expandido rápidamente a la esfera pública, convirtiéndose en un sistema ampliamente debatido y elogiado para encontrar nuevas formas de gestionar problemas existentes y prevenirlos antes de que surjan. Originalmente basado en los flujos de trabajo de los diseñadores para planificar las etapas del proceso de diseño, los pasos esenciales involucrados se han adaptado desde entonces a diversas estrategias de innovación, desde mejorar la experiencia del paciente en el sector sanitario hasta modificar el comportamiento de las personas con autismo basándose en la motivación y las recompensas. Para comprender mejor por qué funciona, primero debemos comprender qué es y qué lo diferencia de los enfoques más tradicionales basados ​​en problemas que lo precedieron. En el corazón del Design Thinking se encuentra la experiencia humana: el usuario, el consumidor, las personas en el centro de la experiencia diseñada son lo más importante, y al identificar un problema, todas las preguntas deben buscar soluciones desde su punto de vista. La empatía y la inmersión en la mente del usuario son primordiales. Lo que el usuario percibe como el problema puede ser diferente de lo que imaginan los directivos corporativos. Por lo tanto, comprender a las personas involucradas es el primer paso del Design Thinking. Esto puede lograrse de diversas maneras, ya sea mediante grupos focales, entrevistas con usuarios o permitiendo que quienes resuelven el problema se conviertan en usuarios y observen las situaciones que surgen de su experiencia con el producto o la herramienta. Al desarrollar empatía y embarcarse en un viaje de descubrimiento con las personas involucradas, se comprende mejor para quién están diseñando, cuáles son sus necesidades y cómo innovar en función de ellas.

Una vez que se ha empleado la empatía y se ha identificado un problema, el siguiente paso en el Design Thinking es la ideación. En el Design Thinking, este proceso se caracteriza por el pensamiento innovador y la cooperación entre un grupo diverso de personas que resuelven problemas, priorizando nuevas perspectivas para una solución, independientemente de si inicialmente parece viable. Las posibilidades para cultivar la ideación son ilimitadas y pueden abarcar técnicas que van desde la lluvia de ideas hasta la representación de situaciones. En este caso, se prioriza la solución y se fomenta y valora la creatividad, alejándose de los métodos tradicionales de resolución de problemas, donde el problema en sí mismo es el centro de la concepción y no siempre se valora la diversidad entre los generadores de ideas. Esto otorga al Design Thinking una ventaja competitiva en materia de innovación, buscando lo único y lo práctico. Una vez analizadas cuidadosamente varias ideas bien pensadas, y probablemente muy diferentes, y aclarado que las condiciones para su éxito son cuantificables y alcanzables, las mejores ideas generadas durante el proceso de ideación pueden materializarse en las dos últimas etapas del Design Thinking: el prototipado, donde se manipula y prueba una versión reducida y económica del producto para detectar posibles defectos, y las pruebas, una fase iterativa que identifica de forma más general el funcionamiento del prototipo a partir de la retroalimentación de los usuarios. Estos procesos pueden repetirse varias veces hasta lograr el resultado deseado, hasta que los usuarios estén satisfechos con la forma en que la solución propuesta les hace pensar, comportarse y sentir, y la innovación se manifieste con facilidad y satisfacción.

En una época en la que la innovación es sinónimo de una mejor calidad de vida y éxito empresarial, el Design Thinking ha penetrado en nuestro tejido social, reconociendo que los seres humanos se motivan por diferentes emociones y perspectivas, y fomentando la creatividad a través de la interacción, el diálogo y el aprendizaje. Al integrar el Design Thinking en la estrategia corporativa, empresas tan diversas como Apple e IBM, Nike y Proctor & Gamble, Coca-Cola y Whirlpool presentaron nuevos productos e implementaron mejoras cualificadas en los existentes, lo que impactó fundamentalmente en cómo vivimos nuestras vidas con un sentido de propósito y eficiencia. Sin embargo, el Design Thinking no solo afecta al éxito de un producto final y, en última instancia, a las personas cuyas vidas se ven mejoradas por él; existen evidencias que sugieren que el Design Thinking eleva la experiencia vital de quienes participan en su estrategia, abriendo mentes y forjando nuevas vías para la conexión social, la creatividad y la interacción con el mundo que los rodea. Lo que comenzó como un flujo natural para que los diseñadores investigaran y desarrollaran nuevos diseños que impactaran en la vida de las personas, es ahora una forma de pensar accesible para todos, un proceso definido para la innovación que genera un compromiso más amplio con el cambio, centrado en el ser humano, pionero y constructivo.

February 2024